Muchas veces escuchamos a nuestros estudiantes o apoderados decir:
“Por más que estudio, no me saco buena nota”, “paso horas estudiando y no me
queda nada”, “estoy horas estudiando con mi hijo, él se aburre, reclama o
llora. Al final sumando y restando, no estudiamos más de 15 minutos”, “estudiar
con mis hijos es puras peleas”.
Todo lo anterior no sólo es preocupante, sino que también es
estresante. Sentir que hacemos cosas para lograr nuestros objetivos y no
lograrlos deprime, aburre, enoja. Estar horas con nuestros hijos sentados con
los libros y cuadernos tratando de entender lo que se debe aprender y escucharlos
reclamar o llorar, nos estresa y frustra. Nos hace sentir impotentes.
Lo anterior se puede solucionar en gran medida si se adquiere
una rutina de estudio. Sí, una rutina que te acomode y te den ganas de
seguirla. Lo sé, la palabra “rutina” puede sonar aburrida, pero no tiene por qué
serlo. Eso depende de ti.
Sigue los siguientes
pasos:
1. Trata que los tiempos de estudios sean
breves.
Si estudias periodos largos de tiempo, te
cansarás y tu estudio no será muy efectivo. Distribuye el trabajo en tiempos
cortos, separados por pequeños breaks
o recreos. Sugerencia: organiza tu tiempo el lapsos de 20 a 30 minutos con breaks o recreos de 5 a 10 minutos. ¡Se realista! Destina el tiempo
necesario para tus estudios que te permita tener tiempo libre. No exageres,
si no vas a poder cumplirlo. Si eres
mamá o papá, este punto es clave. Limita el tiempo de estudio de tus hijos. Si
vas a estudiar con ellos, puedes usar un reloj y mostrarle cual va a ser el
tiempo que van a ocupar y que van a hacer durante ese rato. Hace pausas y
recurre a actividades que sean atractivos para ellos de acuerdo a su edad.
2. Elabora un cronograma con tus horarios de
estudios.
Planifica la semana. Designa horas y días
para estudiar. Recuerda que en este tiempo puedes hacer todo lo relacionado con
tus estudios (leer, hacer guías, investigar para un proyecto, o estudiar para
un examen). Trata de estudiar a la misma hora todos los días.
3. Estudia siempre en el mismo lugar.
Elige un lugar cómodo para ti. Trata de no tener distracciones como la televisión, Internet, hermanos menores jugando, mamá haciendo aseo, otros. Apaga tu celular o ponlo en silencio. Evita escuchar música si te molesta.
4. Fíjate metas específicas
Sentarse a estudiar porque sí, no es muy
efectivo. Trata de tener muy claro lo que tienes que lograr cada vez que te sientes
a estudiar. Ten a la mano todo lo necesario. Así no pierdes tiempo parándote a
cada rato por cosas que quedaron olvidadas.
5. Trabaja desde lo más difícil a lo más
fácil.
Dime si no es cierto que tendemos a hacer primero
las tareas que nos gustan o nos son más fáciles y lo que nos desagrada o nos es
difícil lo dejamos al final. El problema de esto es que luego de hacer las
primeras tareas, al final estamos cansados y ya no tenemos tantas fuerzas para
concentrarnos en las tareas que son complicadas o aburridas para nosotros. Y la
verdad es que la mayoría de las veces no las hacemos nunca o las hacemos a
media. Si tú haces lo que acabo de decir, debes cambiar el orden de hacer las
cosas. Las tareas que no te gustan o te cuestan son lo primero que debes
hacer.
6. Revisa tus apuntes a diario.
Parece algo sin importancia, pero es
crucial para tener los resultados que tú quieres y convertirte en el mejor de
tu clase o superarte a ti mismo. Destina 5 minutos para revisar tus apuntes, cuadernos
y libros. Léelos rápido. No te detengas mucho en ellos. Al tener la información
fresca en tu cabeza te permitirá entender con mayor facilidad lo que tu
profesor(a) expone en clases.
7. Pide ayuda
Si no entiendes o no sabes lo que debes
hacer o estudiar, pide ayuda a tus compañeros. De a dos la cosa es más fácil. Si
eres mamá o papá aquí la cosa se complica, ya que son nuestros hijos los que
van al colegio y cuando les preguntamos que hay que hacer o estudiar,
frecuentemente recibimos una encogida de hombros o un no sé por respuesta. Es ahí
cuando mantenerse en contacto con los demás apoderados es crucial. Lo sé. Me
vas a decir que la mayoría trabaja y no
hay tiempo para eso. Pero la tecnología está de nuestro lado. Puedes utilizar Facebook,
Twitter, WhatsApp, otros. Hay un montón. Si no lo haces, sólo estarías dando
excusas.
8. El fin de semana ya no es un tormento.
Si bien el fin de semana es tiempo destinado para el descanso, son cada día más los estudiantes o apoderados que me dicen “no puedo ir ni a fiestas por estar estudiando”, “paso todo el fin de semana estudiando con mis hijos”, “no podemos salir ni a la casa de mis papás porque mis hijos están llenos de tareas”, “no hay fin de semana que no tenga que estudiar”. Bueno eso se acabó. ¡Créeme! Si sigues los pasos anteriores, ya no tendrás fines de semanas del terror. No se trata de olvidarse por completo de los estudios el fin de semana, pero con 20 minutos en las mañanas y 20 minutos en las tardes de los días Sábados o Domingos será más que suficiente.
Son sólo 8 pasos que debes seguir y tu rendimiento académico o el de tus
hijos cambiará sustancialmente. Yo lo seguí cuando estaba en el colegio y mi vida
cambió. Me convertí en una estudiante con excelentes notas. Y para que decir de
la universidad. Nunca supe lo que es trasnochar o reprobar ramos. Como
profesora estoy desafiando constantemente a mis estudiantes y apoderados a
adquirir una rutina propia de estudio. Todo aquel que lo ha hecho, ha mejorado
su rendimiento sustancialmente.
Así que ánimo y adelante. ¡Tú lo puedes
lograr!
Cariños y mucho éxito.
Karolina Sánchez Espinoza.